viernes, 17 de octubre de 2008

Aquel 27 de noviembre

Todos los individuos jugamos un papel en la historia, pero no siempre de nuestro papel dependen los desenlaces históricos. Aquel 27 de noviembre de 1992 la delación, el oportunismo y la ambición de poder, impidieron el triunfo de la mas amplia unidad cívico-militar conocida en la historia de Venezuela; el 63% de los 180 pilotos de combates del país y compuesta por oficiales de alto rango, estaban comprometidos con esta acción y la oficialidad de la Armada en igual proporción, estaba dispuesta ha deponer al corrupto y genocida gobierno de Carlos Andrés Pérez. El Capitán de Corbeta Diego Hernández Guzmán, era el jefe del grupo de operaciones especiales de la Armada y le correspondía tomar la comandancia general de ese componente, pero fue detenido al igual que 700 oficiales de la Armada y el ejército, dado a las delaciones del Teniente Coronel (Ej.) Salvador Escobar y el Capitán de Corbeta Manrique Padrón, quien era el hombre de confianza del contralmirante Hernán Gruber Odreman jefe del Movimiento 5 de julio y sub-inspector general de la FAN.
Ante esta situación, la aviación al mando del general Francisco Visconti se quedo sin respaldo terrestre (solo con los civiles comprometidos en el levantamiento); de allí que se plantearan el bombardeo a Miraflores aun cuando no estaba contemplado en los planes iniciales, puesto que su papel era de persuasión hacia la oficialidad comprometida con el régimen; además que entre los oficiales detenidos, se encontraba el encargado de la captura de CAP. El movimiento encabezado por Lucas Rincón se retito de las operaciones, alegando que se había enterado de las delaciones; mientras que Raúl Isaías Baduel junto a 18 comandantes al mando del general Carlos Santiago Ramírez (no eran del MBR-200) habían decidido retirarse del plan 3 días antes al golpe, porque aspiraban la dirección del levantamiento y Gruber Odreman no lo permitió.
La aberración más grande, lo representó la toma del canal 8 por parte del Capitán (Ej.) Valera Rumbo, el teniente Jessi Chacon y su hermano, el Teniente de Fragata Arne Chacon. Además que no se justificó las muertes de los vigilantes José Gregorio Rueda y José Manuel Vega Caballero; la destrucción del video de los generales y oficiales de los cuatros componentes, para colocar el de Hugo Chávez, fue un factor de confusión para que muchas unidades comprometidas, se mantuvieran al margen de la acción de ese día. Estoy seguro que de aparecer el video de los generales, el mito de aquel POR AHORA del 4 de febrero y la campaña orquestada desde la cárcel con la deserción del teniente Bracamonte el 4 de marzo de ese año y el posterior Show montado con la deserción del teniente Elizer Otaiza, para reforzar la idea que Chávez y el MBR-200 era el único y máximo movimiento en la conspiración, hubiese quedado al descubierto como una gran mentira histórica.
Lo sucedido en el canal 8 indicaba que Chávez seria capaz de lo que fuera necesario para lograr el poder; tal como lo demostró con esa jugada macabra y las mentiras o cizañas dejadas correr durante la conspiración, al señalar que existía un plan para ser asesinado por parte de Bandera Roja y un coronel. Tal como lo índico en el libro Relatos de un subversivo, lo curioso es que ese coronel pasó hacer el primer jefe de la casa militar, luego miembro del alto mando militar con 3 soles y ministro de quien pretendía asesinar durante el 1992.

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