miércoles, 6 de mayo de 2009

El Fascismo Tropicalizado Parte II

Ing. Golfredo Dávila
Secretario General de Vanguardia Popular-Zulia

En el artículo anterior dijimos que en el fascismo se corporativizan las organizaciones sociales al Estado y se ejerce un control absoluto y totalitario sobre la sociedad; por fundamentarse en el irracionalismo se exaltan las emociones, el fanatismo, se destierra la reflexión, coloca la voluntad y la acción por encima de la razón y da rienda suelta al uso de la manipulación, los símbolos y los mitos para conectar al caudillo con la historia y sus héroes, además, aplasta la pluralidad de ideas. Para seguir describiéndolo, hoy hablaremos de las causas del fascismo y su propaganda.


En Italia, la revolución fascista tuvo su origen en el nacionalismo frustrado, la desmoralización y los humillantes efectos de la primera Guerra Mundial, la anarquía registrada en las instituciones principalmente las encargadas de las finanzas públicas, la crisis moral (corrupción), la inflación, el caos económico, el derrumbe del sistema parlamentario y el desprecio por la vieja generación gobernante, cuyos miembros eran repudiados como "asquerosos parásitos que se alimentaban de la mejor sangre de la nación", aspectos que tuvieron mucho que ver con el auge de los sentimientos revolucionarios y el radicalismo, cosa que aprovecha Mussolini, quien conquista la voluntad popular a través de la identificación de un “nosotros” herederos de las glorias pasadas del Imperio Romano, que le sirvió además, para justificar las aventuras militares contra pueblos vecinos. Igualmente, Hugo Chávez llega al poder en medio de una profunda crisis económica y un fuerte deterioro de la institucionalidad democrática, abusa del bolivarianismo y de los petrodólares que le sirven para comprar aplausos y apoyos de gobernantes de otros países.



El radicalismo de Mussolini nunca tuvo su origen en una convicción sincera y reflexiva sino en la necesidad vital de su
personalidad de dar cauce a sus inclinaciones rebeldes, en un mitin el 23 de marzo de 1925, decía, “¡aquí estoy, porque no puedo resistir a la tentación de hacer que escuchéis mi voz!”, imagínenlo en cadenas diarias. Este ejemplo nos sirve de enlace con el abuso de poder que Chávez hace a través de la propaganda; el excesivo culto a la personalidad, la exaltación hasta el cansancio de su imagen, sus largas peroratas, que generan procesos dañinos de alienación de la población, disociación, división ficticia, violencia, inseguridad, odio, entre otros.



Así mismo, el régimen cumple cabalmente con los 11 principios de Joseph Goebbels, jefe de la propaganda Nazi, veamos 3 de ellos: “Principio de simplificación y del enemigo único; adoptar una única idea, un único símbolo, e individualizar al adversario en un único enemigo”, escuálidos, golpistas, terroristas, agentes de Bush, apátridas, pitiyanquis; “Principio de la transposición: Cargar sobre el adversario los errores o defectos propios, respondiendo al ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”, frente a cada crisis, inventa un trapo rojo, insulta, descalifica, provoca hechos de violencia, de tal manera que lo noticioso no sean los problemas más graves, como el desempleo, la inseguridad, el crimen, la inflación, la corrupción, la regaladera, la persecución y represión política en contra de la oposición; “Principio de orquestación: La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad.”, es evidente que el presidente y otros voceros tienen 10 años repitiendo hasta el cansancio las mismos ofrecimientos, muchos cayeron en su trampa, pero ya no puede ocultar su fracaso, a pesar que repita mil veces sus mentiras. Y no tiene excusas, porque es el presidente que ha contado con más recursos y poder en toda la historia del país y sin embargo, aplasta la democracia con el autoritarismo, pisotea la constitución, quiebra el aparato productivo en función del “desarrollo endógeno”, habla de soberanía y hoy somos más dependientes que antes, se vanagloria del éxito de las misiones, mientras se agravan los problemas sociales y responde a la participación protagónica con gas del bueno.




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