UN DEBATE NECESARIO
Escrito por: Rafael Venegas
Secretario General de Vanguardia Popular
Ante los reclamos del movimiento
estudiantil y la sociedad democrática, el gobierno no tiene interés sincero de
buscar una salida concertada. La única respuesta que propone es el escalamiento
de la represión, intentando implantar un estado de terror que opere como factor
disuasivo y desmoralizador, de cara al agravamiento de una crisis económica y
social que golpea la calidad de vida del pueblo y que, más temprano que tarde,
tendrá a los pobres como protagonistas de la protesta social. Y si cierto es
que el uso desproporcionado de la fuerza y la brutalidad represiva puesta en
evidencia, golpean la conciencia de las reservas democráticas existentes en el
chavismo y a sus bases populares, no menos cierto es que la cúpula gobernante
se halla unificada en torno a este plan.
En
contraste, el movimiento de protesta está dividida en sus asuntos más
importantes: ¿Cuáles son los objetivos concretos de la lucha? ¿Forzar la
renuncia de Maduro o desatar un movimiento insurreccional que lo desaloje del
poder? ¿Tiene el actual movimiento de protesta la fuerza y potencialidad
necesarias para alcanzar tales propósitos? Obviamente no. Entonces ¿Cuáles
deben ser los objetivos a lograr? ¿Detener la represión? ¿Conquistar la libertad
de todos los detenidos? ¿Rescatar el derecho a la protesta, hoy mediatizado y
criminalizado? ¿Garantizar el castigo de los crímenes y de la violación masiva
de los derechos humanos? ¿Forzar una rectificación de la política económica que
solo conduce a escasez y carestía? Esto luce más sensato pero aún no es suficiente.
Falta clarificar el tema de las formas de lucha: ¿La movilización de calle,
robusta, firme, pero pacífica o no violenta? ¿O las “guarimbas”, el bloqueo de
vías y la resistencia desde las barricadas? La forma principal de lucha debe
ser la que resulte más eficaz al logro los objetivos planteados.
Cabe otra
interrogante: ¿Cómo garantizar la unidad de propósitos y de acción? ¿Concertar
a partir de un debate que derive en un plan, una instancia y un sistema de evaluación
del conflicto, a los fines de la toma de decisiones? ¿O jugar posición
adelantada, corriendo a las cámaras y los micrófonos con afán protagónico, para
imponer situaciones de hecho que nos arrastre a todos por la misma pendiente? Es
hora ya de que se imponga la sensatez, la responsabilidad y el verdadero
espíritu unitario que reclama el país, si en verdad se pretende ser alternativa
de conducción y cambio frente a la crisis nacional.
1 comentario:
El llamado de sensatez tiene que estar dirigido directamente a los que, por sus actitudes y comportamientos frente a la crisis, develan sus aspiraciones candidaturales, como Leopoldo Lòpez y Marìa Corina Machado, por nombrar algunos.
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