jueves, 24 de julio de 2014

Del paquete de CAP al de Maduro

MARINO ALVARADO BETANCOURT |  EL UNIVERSAL
jueves 24 de julio de 2014  12:00 AM
El 17 de febrero de 1989, a pocos días de haber asumido el poder, el para entonces presidente de la República Carlos Andrés Pérez se dirigió al país en cadena nacional para anunciar el plan de ajuste económico con el cual supuestamente el país saldría de la crisis económica hacia niveles inimaginables de prosperidad y reducción de la pobreza.

Dicho plan se justificó afirmando que uno de los resultados fundamentales sería lograr prosperidad para las grandes mayorías empobrecidas garantizando una redistribución de la riqueza, mayores niveles de empleo y una productividad más elevada.

El ajuste tendría cuatro objetivos: lucha a fondo contra la inflación; generar un crecimiento sostenido del ingreso nacional; equilibrar la balanza de pagos a mediano plazo y promover una justa distribución del ingreso y la riqueza.

Entre las principales medidas que se anunció estaban: La adopción de un sistema cambiario único que no era otra cosa que una devaluación de la moneda no expresamente declarada; liberación de tasas de interés activas y pasivas; disciplina fiscal congelando todos los cargos de la administración pública; aumento progresivo de las tarifas de electricidad, servicio de agua y telefónico; aumento de la gasolina el cual se realizaría anualmente en un lapso de tres años; aumento de 30% las rutas urbanas y extraurbanas terrestres y en los pasajes aéreos y marítimos, y eliminación progresiva del subsidio al transporte público. Se prometía que se sería riguroso exigiendo calidad del servicio y que se le daría a las asociaciones de vecinos responsabilidades en la supervisión de esa calidad.

Se dijo en ese momento que para compensar los efectos negativos que las medidas tendrían sobre los sectores populares se recurriría a: reorientar los programas sociales hacia un sistema de apoyo directo a los más necesitados eliminando los subsidios que se otorgaban en servicios públicos y rubros alimentarios; aumentar el salario mínimo; concertación con el sector privado para que otorgara aumentos; aumento de sueldo de los funcionarios de la administración pública; creación de una red pública de mercados populares para vender productos a bajos precios; promoción de comedores populares y de becas estudiantiles y la creación de una Comisión Presidencial de Lucha Contra la Pobreza.

Con las primeras medidas que se adoptaron se produjo la rebelión popular conocida hoy como el Caracazo, la cual fue reprimida con un nivel tal de desproporción que dejó una cifra oficial de más de 350 asesinatos en su mayoría perpetrados por la fuerza pública y una cifra extraoficial que sobrepasa las 800 víctimas. ¿La razón de la rebelión? El paquete económico se empezó a aplicar descargando en los más pobres los sacrificios.

Desde esa fecha al día de hoy han transcurrido 25 años. Muchos de los problemas estructurales que sirvieron de excusa para anunciar tal plan de ajuste se mantienen en la actualidad: niveles importantes de pobreza; alta inflación que deteriora el salario real de los y las trabajadoras; enorme endeudamiento externo que obliga a pagos cuantiosos de interés y capital; crisis en empresas administradas por el Estado con saldo rojo en muchas de ellas; malos servicios públicos; crisis en el sector agrícola, enorme cantidad de importaciones y baja producción nacional.

Hoy como ayer se anuncia igualmente un conjunto de medidas económicas y sociales. Se indica que el propósito es favorecer a los más necesitados y llevar el país a importantes niveles de progreso y calidad de vida.  Se habla de un posible cambio único, lo que en realidad será una devaluación importante de la moneda; aumento en los servicios de electricidad, telefonía, transporte público; hay propuestas para eliminar subsidios que hoy favorecen a sectores populares en materia de alimentos. Se anuncia un posible aumento de la gasolina y una reestructuración de la administración pública que tal vez se traduzca en despidos masivos.

Pareciera que ayer como hoy el ajuste económico se hará descargando en los más pobres las consecuencias de una crisis en la cual no tienen responsabilidad. Ayer en nombre de la democracia, hoy en nombre del socialismo. Las víctimas las mismas: los más pobres.


@marinoalvarado