Si analizamos el libro "MI LUCHA" de Adolfo Hitler y los 11 principios aplicados por Joseph Goebbels para lograr minimizar la libertad de expresión en la Alemania NAZI, encontraremos respuestas a las actitudes de Chávez. Para no dejar dudas, les marcaré entre comillas algunos de los principios de Goebbels para que puedan compáralas con lo que vivimos en Venezuela:
"Reunir diversos adversarios en una sola categoría para facilitar el ataque y desacreditarlos". De allí el termino escuálidos.
"Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan".
"Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave".
"Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa".
"Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines". De allí el termino "la pírrica victoria" del 2 de diciembre.
"Utilizar los complejos, los odios, los resentimientos sociales y prejuicios tradicionales; como arma política". "Llegar a convencer a mucha gente de que piensa como todo el mundo, creando una falsa impresión de unanimidad". Se trata de manejar la equivocada percepción que pueden tener la gente del gobierno, tales como sus debilidades o fortalezas; dado al despliegue propagandístico y sus campañas para generar la falsa idea que es indestructible y otras percepciones desligada de la realidad.
Al remitirnos a las cosas expuestas por Carlos Marx, nos encontraremos con expresiones como estas: "La libertad del ser humano, radica en que tenga conciencia de sus necesidades". De allí que muchos hombres y mujeres de izquierda en Venezuela consideramos que requerimos de plenas libertades para la información y la expresión de las ideas, conceptos o posiciones; por lo tanto vemos como la violación de este principio, fue la causa de degeneración de la Unión Soviética o del proceso cubano. Sustituyeron la lucha ideológica por imposiciones y autoritarismo, situación que fue denunciada por varios marxistas venezolanos al comienzo de la década de los 70.
Pero la pobreza del debate político y teórico, ha facilitado que el régimen de Chávez incida en los prejuicios de algunos generadores de opinión; logrando que realicen una equivocada caracterización de su figura y manera de gobernar. Creando así un debate entre los defensores del capitalismo con el socialismo del siglo XXI que representa un "sancocho ideológico" bien distante de las tesis de Marx o de Lenin. Con estas maniobras, Chávez logra ocultar el carácter entreguista de sus políticas económicas a la vez que vende la idea ante los más pobres, que representa lo opuesto a los generadores de la desigualdad, la dependencia de la nación y de todos los males sociales que nos aquejan. Utilizando para ello los mismos mecanismos perversos aplicados por gobiernos fascistas como el de Benito Mussolini y Adolfo Hitler.
La hegemonía comunicacional de la que hizo mención el ministro de comunicaciones de Chávez, no es otra cosa que la imposición de un pensamiento único que se encuentra desligado de un pensamiento democrático. Recordemos que Joseph Goebbels como ministro de propaganda de Hitler, prohibió todas las publicaciones y medios de comunicación fuera de su control, y orquestó un sistema de consignas para ser transmitido mediante un poder centralizado del cine, la radio, el teatro, la literatura y la prensa.
Lamentablemente tenemos una oposición compuesta con varios dirigentes desgastados ante los ojos del pueblo y unos medios de comunicación que la mayoría, privilegian los espacios para los sectores más reaccionarios del país. De allí que comparto lo expuesto por el periodista Rafael Poleo, sobre la necesidad de conformar una nueva oposición donde las organizaciones e individualidades de izquierda contrarias ha esta farsa revolución, comencemos a jugar un papel mas destacado en el desenmascaramiento de carácter fascista de este gobierno, a la vez de lograr la unidad del país entorno a un proyecto progresista, verdaderamente democrático y de bienestar colectivo.