ENTÉRATE!! Lo que oculta Maduro sobre muerte del jefe de los colectivos el 12F
El gobierno aplica el principio comunicacional desarrollado por Hitler que establecía; cuando existan noticias que no te sean beneficiosas y que pueden convertirse en un peligro, genera información y escándalos noticiosos a tal ritmo que imposibilite que tu adversario tenga posibilidad de conectarse con dicha noticia, puesto que será arrollado por la cantidad de información existente.
La aplicación de esta perversa estrategia comunicacional y la escalada de violencia que se desarrolló en el país luego del asesinato de Bassil Da Costa, Roberto Redman y Juan Montoya (Comandante Murachi de la organización armada Carapaica) el 12 de febrero de este año. Motivó que la opinión publica fuera copada por una violencia localizada en algunos puntos del país y el terrorismo instrumentado desde la cúpula gobernante para atemorizar a la población en general cuando exhiben una brutal represión contra el movimiento de protesta que existe en Venezuela. Movimiento de protesta que nada tiene que ver con sectores radicales conocidos como los guarimberos; ese 12 de febrero se calcula 40 mil personas en una marcha pacifica con un contenido que sí representa un verdadero peligro para el régimen, puesto que las razones de la marcha 12 de febrero eran contra la inseguridad, la inflación, la escasez, la represión y detención de estudiantes en Táchira y Mérida. Permitir que el movimiento de protesta en Venezuela asuma dichos temas, sería estimular el malestar de los sectores populares y de la masa trabajadora del país.
Otro aspecto que el ritmo de los acontecimientos opacó, es la responsabilidad que podría tener de realizarse una seria investigación, Diosdado Cabello y el Ministro Rodríguez Torres, con el misterio que envuelve la muerte de Juan Montoya que fue la razón para que grupos armados amparado por el gobierno, denominados los colectivos, desataran su furia contra estudiantes, amas de casas y hasta contra conjuntos residenciales en varios lugares del país. Podría tratarse de lo que se conoce en algunos manuales para la guerra, como razones morales para el ejercito de determinado bando odie y sienta la necesidad de exterminar al otro, puesto que las bases del oficialismo se cansó de la radicalización y al igual que otros ciudadanos de este país les angustia la inseguridad, la escacez, la inflación, el desempleo y todos eso males profundizados en esta falsa revolución.
Juan Montoya ingresó a la policía Metropolitana en el año 2000, con la llegada de Freddy Bernal a la alcaldía. Pero en enero del 2010 realiza una declaración publica en un canal extranjero, encapuchado junto a 20 personas más que utilizaban uniforme militares, armas de guerra de gran calibre (FAL y bazucas) y como el Comandante Murachi de los Carapaicas, denuncia la existencia de una derecha endógena que utiliza el poder para amasar grandes fortunas provenientes de la corrupción; inclusive, le exige al propio Chávez la destitución de todos sus ministros.
La recopilación periodística indica que Nicolás Maduro la noche del jueves 13 de febrero señaló “A Juan Montoya (Juancho) lo mataron con la misma arma con que asesinaron a Bassil Dacosta” “con sólo 15 minutos de diferencia”, precisó. Pero también sucede que el 18 de febrero, Maduro señala hay funcionarios que "incumplieron las órdenes del director del Sebin de ese día (el miércoles), acuartelarse y no salir a la calle" y posteriormente Fueron detenidos por órdenes del Ministro del Interior y Justicia y Paz Miguel Rodríguez Torres, los funcionarios Jonathan Rodríguez y Andri Jaspe, quienes trabajaban como escoltas en su despacho. Puesto que existen evidencias fotográficas de su participación en los hechos violentos del 12 de febrero.
Hasta los momentos existen tres hipótesis policiales sobre la muerte de Juan Montoya: Homicidio, sicariato y muerte accidental; cuestión que tumba las perversas declaraciones de Disdado Cabello que motivaron el accionar de los grupos paramilitares del gobierno y quizás podría estar ocultando razones aun desconocidas para dicho asesinato de Juan Montoya.