La provocación
como estrategia política es una acción serena y muy bien calculada, cuyo éxito
o derrota depende de una correcta lectura y respuesta de nuestra parte, ya que se trata de una guerra de cuarta generación, conocida como
EL CAOS CONTROLADO, donde el elemento comunicacional adquiere rango estratégico
cuando lo que se comunica o se hace, contribuye para que el oponente se
equivoque o se deje provocar en aras de ser llevado a un terreno donde pierda
apoyo popular. Como lo diría Zun Tzu; el arte de la guerra está basado en el
arte del engaño; lo más importante no es
atacar al adversario, sino su estrategia o la intención que está detrás de sus
acciones o discurso.
La información de servicios secretos,
las encuestas y los errores que puede cometer la oposición venezolana tales
como contradicciones mal manejadas, son algunos de aspectos que son analizados
constantemente por la MESA SITUACIONAL DE MIRAFLORES en aras de proponer muchas
veces, planes e iniciativas perversas e inmorales orientadas a cumplir lo
planteado por Napoleón Bonaparte en el manejo de la guerra: El genio de la
guerra es aquel que sabe aprovechar al máximo la oportunidad.
En este sentido es bueno recordar
que fue el disparo en la cabeza
a las 3:13 del 12 de febrero
del 2014 a Bassil Alejandro Dacosta y 15 minutos después
contra Juan Montoya, miembro del secretariado
nacional de los COLECTIVOS y jefe del grupo armado Carapaica ; lo que desató la
violencia en al país, puesto que el señor Diosdado Cabello no perdió tiempo en
señalar que la muerte de Juan Montoya era responsabilidad de la oposición.
Pero como entre cielo y
tierra no hay nada oculto, resulta al día siguiente, el propio Nicolás Maduro
señaló en cadena nacional: “A Juan Montoya (Juancho) lo mataron con la misma arma con
que asesinaron a Bassil Dacosta” “con sólo 15 minutos de diferencia”. Por
otro lado el informe policial sobre la muerte
de uno de jefes de los colectivos, indica que hasta
los momentos existen tres hipótesis policiales sobre la muerte de Juan
Montoya: Homicidio, sicariato y muerte accidental; cuestión que tumba las
perversas declaraciones de Diosdado Cabello que motivaron el accionar de los
grupos paramilitares del gobierno. De igual manera, no debemos perder de vista
la comprobada actuación ese 12 de febrero de funcionarios del SEBIN, cuando les
correspondía estar acuartelados; pero además está el hecho que dichos
funcionarios estaban adscritos a la seguridad del Ministro Rodríguez Torres,
representando otra irregularidad digna de ser investigada hasta lo último.
Estas evidencias demuestran
que podríamos estar ante lo que se conoce como UN CAOS CONTROLADO, donde desde
gobierno se provocan situaciones que les permite lo siguiente:
1-. Desatar la violencia
contra el movimiento de protesta en general, para evitar la articulación de las
distintas luchas que por razones reivindicativas y sociales se viene
escenificando en el país; partiendo de la provocación a sectores radicalizados
de la oposición en función de llevarlo a un terreno donde las encuestas indican
que la mayoría de la población considera en estos momentos la violencia y la
conflictividad política no es la razón de su lucha; como si lo es, el problema
del alto costo de la vida, la escasez, la inseguridad, desempleo, bajos
salarios, discusión de contrataciones colectivas entre otros temas, que
terminan pasando a un segundo plano en la conflictividad presente desde aquel
12 de febrero.
2-. Satanizar todas las
protestas al colocarles la coletilla de conspiración o planes de golpe de
Estado, como pasó con la lucha del sector salud. Un tema que no le conviene a
la cúpula gobernante que ocupe la atención de los venezolanos que metió en el
mismo saco delas guarimbas para justificar reprimirla y descalificarla.
3-. En vista que el 82% de
los venezolanos desean una solución pacífica a los problemas del país y como
poseen una alta capacidad comunicacional. Tratan de crearle un rechazo a la
alternativa democrática al colocarlos como los violentos. A la vez que buscan
endurecer a las bases del oficialismo frente al “golpe de Estado” que está en
marcha. Que no es otra cosa que la aplicación de un caos controlado o conflicto
de baja intensidad que busca diluir
y trasladar su responsabilidad en adelantar una desastrosa política económica y
fiscal para hacerla recaer en un supuesto sabotaje de la oposición
"apátrida."
4-. Logrado los tres
objetivos antes mencionados, se agrega la profundización de su PAQUETAZO ECONÓMICO,
contando a su favor que logró ocupar la atención de la población en las
guarimbas y la contraguarimbas . Puesto que ese CAOS CONTROLADO como parte de
los nuevos mecanismos de guerra, el cual ha sido aplicado en varios partes del
planeta, principalmente por los Estados Unidos, permite la distracción del
oponente a la vez de crearle elementos de división para así afectar su
capacidad de respuesta.
La guarimbas focalizadas
en zonas de clase media no representa un peligro real para el régimen, muy
diferente sería que existiera una plataforma de lucha que permita unir los
diversos sectores descontentos (incluyendo bases del oficialismo) entorno a
demandas de orden sociales y económicas, ya que a diferencia de 2002-2004 ahora
el gobierno carece de recursos y el liderazgo de Maduro apenas logra calar en el 27%
de la población a diferencia a la de Chávez, que después de fallecido su
popularidad ronda por el 66%.