Diosdado
debe ser investigado por acciones violentas contra la población
La
recopilación periodística sobre los sucesos del 12 de febrero del 2014 revela la posible
implicación de Diosdado Cabello y del ex ministro Miguel Rodríguez Torres en
un macabro plan para descabezar al movimiento opositor, que terminó con un
amañado juicio contra uno de los líderes fundamentales de la Mesa de Unidad Democrática,
Leopoldo López, algunos alcaldes, dirigentes sindicales, populares y dirigentes
estudiantiles, como fue el caso de Gerardo Resplandor y otros estudiantes.
Recordemos que todo
comenzó con el ataque a las instalaciones de la Fiscalía y posteriormente
el asesinato del joven Bassil Dacosta y del miembro de los colectivos, Juan
Montoya. Pero Nicolás Maduro la noche del jueves
13 de febrero señaló “A Juan Montoya (Juancho) lo mataron
con la misma arma con que asesinaron a Bassil Dacosta” “con sólo 15 minutos
de diferencia”, precisó. Pero dado a la recopilación de videos y fotografías
por parte de periodistas, que indicaban la participación de funcionarios que
trabajaban como escoltas en despacho de Rodríguez Torres en los hechos
violentos del 12 de febrero. Esta situación obligó al propio Nicolás Maduro
señalar el 18 de febrero (seis días después), hay funcionarios que "incumplieron las órdenes del
director del SEBIN de ese día (el miércoles), de acuartelarse y no salir a la
calle".
Otro aspecto que el
ritmo de los acontecimientos opacó, es la responsabilidad que podría tener de
realizarse una seria investigación, Diosdado Cabello y el ex Ministro Rodríguez
Torres, con el misterio que envuelve la muerte de Juan Montoya que fue
la razón para que grupos armados amparado por el gobierno, denominados los
colectivos, desataran su furia contra estudiantes, amas de casas y hasta contra
conjuntos residenciales en varios lugares del país. Podría tratarse de lo que
se conoce en algunos manuales para la guerra, como razones morales para el
ejercito de determinado bando odie y sienta la necesidad de exterminar al otro,
puesto que las bases del oficialismo se cansó de la radicalización y al igual
que otros ciudadanos de este país les angustia la inseguridad, la escasez, la
inflación, el desempleo y todos eso males profundizados en esta farsa
revolución.