viernes, 5 de junio de 2009

Desde mi rincón de perseguido


Robin Rodríguez
Dirigente de Vanguardia Popular

Aun recuerdo a la actriz venezolana Crisol Carabal con lagrimas en ojos, diciendo que no se había pronunciado antes contra el cierre de RCTV, porque sentía miedo; sin embargo dio un paso al frente para fijar su posición sobre uno de los tantos atropellos cometido por esta falsa revolución, aquel 27 de mayo de 2006. Ese episodio hizo que recordara extractos de un significativo escrito titulado DESDE MI RINCON DE PERSEGUIDO:

Hace años aquel hombre llamado Jesús, levantó la voz por encima del murmullo y dijo: “Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia” “. Esas palabras son la mejor herencia que hemos recibido hoy; las mismas que retumban en los campos, en las fábricas, en las universidades, en las cárceles y por esos caminos donde somos atropellados por esa espada injusta, que aun no corta a quienes la manejan.

Por causa de la justicia muchos de mis camaradas han padecido cárceles, torturas, persecuciones y muerte. Pero la patria y el futuro de las nuevas generaciones nos obligan mantenernos firmes en nuestros principios.
Cuando este sistema carcomido y putrefacto sea un simple recuerdo de la historia; cuando deje de existir la politiquería, la dependencia económica que nos condena al subdesarrollo; cuando la democracia deje ser letra muerta para convertirse en realidad; cuando elevemos la intelectualidad y la conciencia política de nuestro pueblo…. Seremos recordados con respeto y alegría, por esas generaciones libres de injusticias y desigualdades….
Éramos unos niños y otros adolescentes, que nos rebelamos contra gobiernos que no respondían a los intereses del pueblo y del país. Unos años antes lo hicieron Argimiro Gabaldon, Américo Silva, Fabricio Ojeda, Simón Sáez Mérida, Alberto Lovera, Tito González Heredia, El Chema Saher y una larga lista de revolucionarios que representan a miles de hombres y mujeres que lucharon por el bienestar colectivo. En honor a la memoria de los mártires de la lucha revolucionaria en Venezuela, repudio la asquerosa corrupción que caracteriza a los jerarcas de esta falsa revolución; la entrega de la soberanía económica de la nación al capital transnacional en el negocio petrolero y el endeudamiento con una banca que hoy en día es controlada por el capital de los sectores monopólicos a escala mundial.
Muchos de los militares que reprimieron salvajemente al pueblo durante el estallido social del 27 de febrero de 1989 y que cazaban a los revolucionarios para asesinarlos; ahora se dicen revolucionarios y bolivarianos. Mientras que algunos luchadores sociales y de izquierda asumen un silencio cómplice ante un caudillo militarista como Hugo Chávez y en algunos casos, forman parte de los nuevos saqueadores y cúpulas podridas que han profundizado los males estructurales del país. Actitud que los condenará ante la historia, como traidores a los ideales de esos hombres y mujeres que regaron su sangre en la búsqueda de una verdadera democracia, el progreso, el bienestar colectivo y el rescate de nuestra soberanía.
Pero la debilidad del régimen comienza a sentirse por la creciente desilusión de la población, ante los males sociales y económicos que la aquejan, el rechazo a la asquerosa corrupción, por la promoción de la división y el enfrentamiento entre el pueblo venezolano, por la incapacidad gerencial y otros males que amenazan con una nueva sacudida político-social. Esto explica su ofensiva autoritaria contra toda expresión de disidencia (Globovisión incluida) y sus maniobras para que el debate se centre en sí es o no comunista (es fascista en lo político y neoliberal en lo económico); para evitar el debate sobre los problemas reales como la delincuencia, el desempleo, las contrataciones colectivas, la hipoteca del país, la inflación o los problemas en la salud publica.

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