Dirigente de Vanguardia Popular
Los métodos y la intensidad de la represión aplicada por Chávez, debemos analizarlo como un asunto político, puesto que estamos ante un régimen en decadencia, donde el autoritarismo y la represión seguirán en ascenso como ultima alternativa para sostenerse en el poder. Los escándalos mediáticos, su disfraz de revolucionario y de redentor de los más pobres, sus falsos discursos antiimperialistas y todas esas maniobras que le permitieron confundir a la población, se agota cada vez mas; dado que los venezolanos siguen deseosos de un cambio profundo que le garantice una verdadera democracia, el progreso económico, el bienestar social y la soberanía de la nación; cuestión que está falsa revolución no esta en capacidad de satisfacer.
Hoy mas que nunca debemos mantener firmeza y coraje para enfrentar la agresividad del régimen; pero de igual manera debemos atinar en la conducción política del complejo proceso que vive el país. No basta la protesta o movilizaciones de calles (por muy grande puedan ser), debemos acompañar las acciones del pueblo dotándolas de una plataforma de lucha que resuma sus reivindicaciones concretas, para facilitar su coordinación, concatenándolas con una propuesta programática que apunte a la solución de los problemas económicos, sociales, morales e institucionales que afectan al país. Debemos estimular las acciones de calles pero dotando al movimiento de masas y factores políticos de una estrategia para enfrentar esta falsa revolución; al mismo tiempo debemos cerrarles el paso a las corrientes reaccionarias y aventureras, que pretenden utilizar el malestar del país, para producir acciones que estarían condenadas al fracaso y servirían de justificación para el régimen en el descabezamiento del movimiento opositor.
La teoría revolucionario nos indica que cada momento histórico concreto, amerita un análisis y un tratamiento concreto. De allí ubiquemos que en lo inmediato no esta en juego la cristalización del proyecto histórico de los factores políticos y sociales que nos oponemos al régimen autoritario de Chávez, se requiere una amplia unidad para enfrentar a la reencarnación de Adolfo Hitler en nuestro país. El autoritarismo y la represión no solo se manifiestan contra los sectores de la oposición; dirigentes sindicales simpatizantes al régimen también han sido objetos de atropellos por el solo hecho de defender los intereses de clase obrera y dirigentes de partidos políticos que lo han respaldado, han sido maltratados por no acogerse al capricho de un partido único, que busca acallar cualquier disidencia interna, propio de un régimen militarista.
Pero esta amplia unidad contra el autoritarismo, no debe ser impedimento para que los sectores de izquierda y del progresismo contrarios a esta falsa revolución, busquemos mayor integración para el fortalecimiento de esta corriente. Sobretodo cuando necesitamos desenmascarar en el terreno político y teórico, “el sancocho ideológico" llamado SOCIALISMO DEL SIGLO XXI. El cual representa al fracasado neoliberalismo como políticas orientadas a la expansión de los monopolios mundiales; donde este régimen ha convertido a las transnacionales en socios en la explotación de nuestro petróleo y el gas; el sector financiero internacional aumentó sus ganancias mientras que el país incrementó su deuda externa y han quebrado la escasa productividad que poseíamos; como políticas de claro corte neoliberal, que incrementaron la dependencia de la nación, pero que Chávez disfraza perversamente con posturas seudo revolucionarias.
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