La falta de consolidación de un liderazgo de corte popular y progresista, sigue representando la gran fatalidad de los últimos 100 años en nuestro país. Al evaluar la situación del país, nos encontramos que el 77% de la población ubica que el problema de la delincuencia ha empeorado, el 60% cree mismo de la corrupción, el 62% del narcotráfico, el 59% del costo de la vida y el 49% tiene la misma percepción del desempleo; sin embargo el 18% de los ciudadanos de este país simpatiza con los partidos de la oposición.
El cuadro descrito nos demuestra que en política no siempre dos más dos es cuatro; el hecho que el 54% de los venezolanos crean que faltan líderes que encarnen los deseos y necesidades del pueblo, mientras que tenemos un 37% que sigue respaldarlo al presidente (en diciembre tenia 63%). Debería llevarnos a una profunda reflexión, sobre la urgente necesidad de respaldar una renovación en el liderazgo político; siendo las elecciones de alcaldes, gobernadores y diputados regionales una oportunidad para que la dirigencia política se ponga a tono con la demanda de los ciudadanos. Pero lamentablemente pareciera que en muchas partes del país, la voracidad por el poder se pone de manifiesto, puesto que las mismas figuras descalificadas que dieron origen a la popularidad de Chávez, pretenden seguir aspirando cargos de representación popular.
Yo tengo 41 años y de verdad quisiera ver algún día a mis nietos y a sus hijos, caminando por las calles de Puerto La Cruz y de Venezuela sin el temor de ser atracados; con empleos estables, con perspectivas de progreso y bienestar. Pero eso implicar desalojar del poder a los falsos revolucionarios que hoy en día lo sustentan; además de evitar que esa mediocre y reaccionaria oposición que cuenta con grandes espacios mediáticos y respaldo económico, no sea la que siga dirigiendo el destino político de la nación. Esa es una de las razones por lo que hoy aspiro la alcaldía de Puerto La Cruz, respaldado por una gran cantidad de luchadores sociales.
Mientras que estos falsos revolucionarios no tengan una nueva oposición de carácter progresista y popular, seguirán manipulando al pueblo con medias verdades.; puesto que Chávez cala en los más pobres, cuando sostiene que se trata de una dirigencia que defienden privilegios, los del pasado y una serie de cosas que son consideradas por esa población como verdades.
Desde los cerros de Las Charas donde nací y me crié; convoco a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que compiten en esta contienda contra algunos representantes del pasado y contra el poder económico de los candidatos oficialistas, para que no desmayemos en nuestra lucha, porque el futuro de las nuevas generaciones no se negocia. Rendirnos significaría que no somos dignos herederos de nuestros libertadores.
Como revolucionario y dirigente social, invito a los sectores descontentos del oficialismo y a los desilusionados de esa desgastada oposición, para construir la nueva mayoría que reclama la patria en aras de conquistar la victoria popular.
El cuadro descrito nos demuestra que en política no siempre dos más dos es cuatro; el hecho que el 54% de los venezolanos crean que faltan líderes que encarnen los deseos y necesidades del pueblo, mientras que tenemos un 37% que sigue respaldarlo al presidente (en diciembre tenia 63%). Debería llevarnos a una profunda reflexión, sobre la urgente necesidad de respaldar una renovación en el liderazgo político; siendo las elecciones de alcaldes, gobernadores y diputados regionales una oportunidad para que la dirigencia política se ponga a tono con la demanda de los ciudadanos. Pero lamentablemente pareciera que en muchas partes del país, la voracidad por el poder se pone de manifiesto, puesto que las mismas figuras descalificadas que dieron origen a la popularidad de Chávez, pretenden seguir aspirando cargos de representación popular.
Yo tengo 41 años y de verdad quisiera ver algún día a mis nietos y a sus hijos, caminando por las calles de Puerto La Cruz y de Venezuela sin el temor de ser atracados; con empleos estables, con perspectivas de progreso y bienestar. Pero eso implicar desalojar del poder a los falsos revolucionarios que hoy en día lo sustentan; además de evitar que esa mediocre y reaccionaria oposición que cuenta con grandes espacios mediáticos y respaldo económico, no sea la que siga dirigiendo el destino político de la nación. Esa es una de las razones por lo que hoy aspiro la alcaldía de Puerto La Cruz, respaldado por una gran cantidad de luchadores sociales.
Mientras que estos falsos revolucionarios no tengan una nueva oposición de carácter progresista y popular, seguirán manipulando al pueblo con medias verdades.; puesto que Chávez cala en los más pobres, cuando sostiene que se trata de una dirigencia que defienden privilegios, los del pasado y una serie de cosas que son consideradas por esa población como verdades.
Desde los cerros de Las Charas donde nací y me crié; convoco a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que compiten en esta contienda contra algunos representantes del pasado y contra el poder económico de los candidatos oficialistas, para que no desmayemos en nuestra lucha, porque el futuro de las nuevas generaciones no se negocia. Rendirnos significaría que no somos dignos herederos de nuestros libertadores.
Como revolucionario y dirigente social, invito a los sectores descontentos del oficialismo y a los desilusionados de esa desgastada oposición, para construir la nueva mayoría que reclama la patria en aras de conquistar la victoria popular.